Artículo publicado en: http://www.jefmadrid.eu/2012/10/tendencia/
El viernes a media mañana nos dieron un premio a todos los europeístas: el Premio Nobel de la Paz a la UE. En ese momento, se produjo un cambio en la tendencia europea de los últimos meses: la tendencia cambió su rumbo a positivo.
Estaba esperando desde hacía algunas horas la noticia. Cuando la supe, lo primero que me sentí fue emocionada y feliz, enseguida quise compartir la alegría con los funcionarios del Parlamento Europeo y de la Comisión, con los eurodiputados, con profesores, periodistas, representantes de organizaciones de solidaridad y bloggers europeos.
Es un premio compartido, porque los logros de Europa los hemos hecho entre todos. Los hacemos cada día. Fueron los visionarios padres fundadores los que comenzaron la gran aventura europea: necesaria, diferente y estimulante.
Los que creemos en Europa, estábamos esperando que sucediese algo para poder tomar aire, estos meses la sensación de ahogo ha sido bastante continua. Lo que no sabíamos es que ese “algo” iba a ser un Premio tan grande como merecido para una Unión Europea que sabe continuar a pesar de las dificultades y que también continúa para vencer, una vez más, las etapas difíciles de su Historia. Sesenta años de paz y de integración son muchos años guardando y cuidando un proyecto y un proceso muy valiosos.
Europa vale mucho. Y no estoy hablando solo de riqueza cuantitativa sino, sobre todo, de riqueza en valores: Paz, Democracia, Derechos, Personas. Y la palabra integración que despliega su acción hacia los ciudadanos porque en la UE los ciudadanos son, somos, Ciudadanos integradores.
Cuando los miembros del comité decidieron dar el premio a la Unión Europea por seis décadas de contribuciones al avance de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa, seguro que pensaron con firmeza en su proceso de integración. La integración como valor y motor de la UE.
El premio supone un reconocimiento y también un toque de atención para que los europeos sigamos trabajando en estos años tan difíciles de zozobra. El premio también nos dice que en esta etapa de crisis económica tenemos que salir a la superficie y no sumergirnos en debates negativos, pesimistas y no constructivos. Por supuesto que hay que reconocer la realidad, la dura realidad, pero el comité nos dice que el mundo necesita a Europa unida, firme, constante. Que no nos podemos hundir. El siglo de la globalización necesita el referente europeo, a Europa como continente humano y estratégico, a la Unión Europea como modelo, como sistema democrático y de unión ciudadana. Que la Unión Europea tiene que seguir desplegando su capacidad humanitaria, solidaria, política y ciudadana.
Escribo este artículo en una plataforma transnacional de jóvenes europeístas, muchos de ellos con la experiencia Erasmus. El premio también tiene que servir para continuar con este programa vertebrador, multiplicador y activador de ciudadanía europea a través de la educación. Y para construir un programa Erasmus más allá del Erasmus. El Premio Nobel de la Paz es un respiro para Europa y para todos los ciudadanos europeos, para nuestros representantes políticos y para el futuro de Europa: los jóvenes de veintisiete países, pronto veintiocho.
Muchas gracias a los miembros del comité por su elección, por la confianza en nuestro modelo democrático, político y ciudadano: la Unión Europea. Los europeos no les defraudaremos. Recogemos este gran premio con entusiasmo y con responsabilidad para seguir trabajando. El premio nos ayuda a orientarnos de nuevo: es una brújula que nos indica hacia dónde ir y cómo seguir. El rumbo que marca y el lugar al que nos lleva es el de los orígenes, lo más genuino de Europa, con un resurgir de elementos innovadores propios de la Unión Europea del siglo XXI.
Europa nunca se para, es capaz de levantarse una y otra vez. Como escribí hace algunos años: “Europa suena bien”.
UE, EU, Premio Nobel de la Paz 2012. Tendencia europea en positivo.
Susana del Río Villar es doctora en Ciencias Políticas y Sociología; experta en Ciudadanos y participación en la Unión Europea; autora y directora del proyecto Upgrading Europe 2012-2015.