El debate pivota sobre ámbitos de calado y de complejidad, entre ellos la política de personal, los perfiles profesionales en las oposiciones (con implicaciones legales nada desdeñables), o sobre el dimensionamiento de las plantillas, o la evaluación periódica de los servicios con indicadores de calidad, o sobre la concreción del Consejo Clínico Asistencial que ayude a revisar la estrategia en Atención Primaria y en Atención Hospitalaria, o la cuestión de las listas de espera, junto a la integración del hospital Onkologikoa en la red de Osakidetza y el nuevo convenio de vinculación.

Hacer frente a todos esos retos requiere dosis de trabajo en equipo y que no pueden ser resueltas de forma precipitada. Huyamos de la conflictividad, de la negatividad y de la utilización instrumental de la polémica generada. Merece la pena dar un voto de confianza anclado en el trabajo compartido, con un clima de diálogo constructivo y cada cual con su función y con su responsabilidad. Nos jugamos mucho porque Osakidetza es el gran reto de país.