Juan José ÁLVAREZ: ¿Nos vamos?: El precio de la unilateralidad

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Artículo publicado en Deia, 23/02/2014 y en Noticias de Gipuzkoa, 24/02/2014.

La izquierda abertzale ha planteado lo que define como una «vía vasca» hacia la independencia de «Euskal Herria» desde la unilateralidad, basada en el derecho a decidir y previo logro de nuevos estatus políticos para Euskadi, Navarra y País Vasco francés. ¿Cómo se llega a este planteamiento de discontinuidad histórica, de alteración unilateral del estatus vigente, y cuál es el origen de esta estrategia?

ETA es consciente de su derrota social. La alteración del estatus político mediante la presión infame de la violencia ha sembrado dolor, odio, desgracia, y además ha dañado al pueblo vasco en cuyo supuesto nombre decía actuar. La propia ETA reflexionaba sobre este extremo en un texto interno datado en 2012 y en el que a modo de recapitulación o análisis histórico abordaba la actual coyuntura. La pregunta clave de esa reflexión interna era: ¿y ahora, qué? ¿qué estrategia seguir para no renunciar a nuestros objetivos políticos sin recurrir a la violencia armada?

La respuesta es clara: hay que lograr que el MLNV consiga acumular las suficientes fuerzas. La eclosión de Bildu, como alianza política exitosa, se califica como “un ámbito de la sociedad vasca estaba a la espera de una iniciativa o proyecto de la izquierda abertzale que iba a desbloquear la situación”. En el ámbito anti-represivo indica también la existencia de sectores mayoritarios que están “en defensa de los derechos de los presos” .

Conforme a esta reflexión, las mayorías políticas y las de otro tipo (antirrepresiva, sindical…) constituyen instrumentos operativos muy útiles en la lucha para impulsar la “presión” suficiente. El factor clave es la obtención de más recursos y la articulación de una mayoría social para el cambio. Todo ello prueba, si a estas alturas fuese necesario algún argumento adicional, que el abandono de la denominada «lucha armada» responde a una orientación estratégica. Desde el mundo abertzale se sigue pensando que en realidad la violencia fue la consecuencia, la derivada «lógica» del conflicto, una manera de presionar al Estado para tratar de forzarle a negociar. En realidad, y frente a esta tesis, la violencia nunca ha sido la otra cara o la respuesta al conflicto político sino su perversión.

Todo este proceso político orientado a la superación del estatus político vigente se confronta con lo que ETA llama «autonomismo». Se afirma literalmente en esa reflexión interna que “Sin estructurar el ámbito a favor de la independencia y valiéndose del aislamiento y la represión en contra de la izquierda abertzale, se podría reforzar el autonomismo de esta manera”.

La pregunta que desde el nacionalismo institucional debe hacerse es si cabe algún tipo de empatía social y política hacia este planteamiento. El riesgo de esta especie de «abrazo del oso» que la izquierda abertzale plantea proponiendo al mundo nacionalista para que se sume a la creación de un Estado vasco «sozialista y feminista» es claro: no debatamos ahora ni sobre el modelo de sociedad, ni de país, ni de educación, ni de ciudadanía, ni de lengua, ni de cultura, ni de identidad, ni de sistema industrial, ni de andamiaje institucional…, vayamos a por la independencia sin más, y luego ya se verá. Sería un tremendo error secundar esta tan efervescente como hueca vía, tanto en la dimensión política como en la social y en la jurídica, porque es, además de poco deseable, inviable.

El denominado derecho a decidir de la sociedad vasca ha de ser punto de encuentro, no de ruptura. Frente a los vetos a las imposiciones hay que construir y trabajar, de forma seria, argumentada, profesional. Habrá, en medio del debate político, quien quiera plantear éste como una estrategia de división. Para unos todo avance o profundización sonará a «aventura soberanista»; para otros no será más que juegos florales u ornamentales, sin relevancia. La clave del trabajo a realizar para lograr un gran consenso, plural, inclusivo y con aportaciones de todos radica en la metodología: un debate abierto, donde todas las posturas, sin exclusión, pueden tener expresión y defensa, a través de una ponencia parlamentaria, seguida de una seria y rigurosa reflexión académica y de un Congreso de nivel internacional deberá conducir a un texto anclado en bases sólidas, no en meros eslóganes o en principios retóricos. Tener aspiraciones (individuales o colectivas) no es tener per se derechos. Creemos, con demasiada frecuencia, que es un valor positivo jugar en clave de país al todo o nada. Aspirar lícitamente a la independencia y no admitir la necesidad de avanzar pautadamente conduce finalmente al inmovilismo en las aspiraciones políticas. La era del populismo debe dejar paso al trabajo de verdad a favor de la construcción nacional, de mayores cotas de autogobierno. Lo contrario es huir del necesario realismo político. Y es perfectamente compatible con el fortalecimiento de nuestra ilusión colectiva: un proyecto político de futuro como pueblo, como nación, con el que aspirar a un nuevo esquema de desarrollo nacional en el entorno europeo con mayores y más efectivas cotas de autogobierno, buscando alcanzar el máximo consenso social posible.

 

 

 

 

 

Juan José Álvarez

Secretario de GLOBERNANCE (Instituto para la Gobernanza Democrática). Juan José Álvarez es Doctor en Derecho, en el área de Derecho Internacional Privado, por la UPV/EHU; obtuvo el premio extraordinario de Doctorado , junto al Premio Extraordinario de Licenciatura y examen de Grado, con la Calificación de Sobresaliente/ Matrícula de honor. Recibió el Premio Eusko-ikaskuntza-Laboral Kutxa de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales del año 2015. Es Catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU y profesor visitante en numerosas Universidades y centros de investigación nacionales y europeos. Es cofundador y Secretario de GLOBERNANCE (Instituto para la Gobernanza Democrática). Fue Secretario General del Consejo Vasco del Movimiento Europeo (EUROBASK/CVME) (Mayo de 2003-2012) y designado como experto por la COMISIÓN EUROPEA (Dirección General de Justicia, Libertad y Seguridad), con fecha 17 de diciembre de 2007, para las áreas de Justicia Civil, fronteras, protección de datos personales y ámbitos de seguridad. Sus líneas de investigación se centran en el Derecho Marítimo, Derecho del comercio internacional y DDHH, Derecho europeo y ámbitos vinculados a los conflictos internos. Entre sus últimas investigaciones cabe citar Las Lecciones Jurídicas del Caso Prestige”. Hacia un nuevo Derecho de daños marítimo: tendencias actuales (ARANZADI THOMSON REUTERS, 2012), Human Rights in Business. Removal of Barriers to acces to Justice in the European Union TAYLOR-FRANCIS, 2017), «Brexit y Gibraltar: la perspectiva de las personas jurídicas. Incidencia sobre la libertad de establecimiento y prestación de servicios”,El Brexit y Gibraltar. Un reto con oportunidades conjuntas, Madrid, (ESCUELA DIPLOMÁTICA, 2017), «Crisis Matrimoniales y Conflictos de leyes internos”, Crisis Matrimoniales Internacionales y sus efectos. Derecho Español y de la Unión Europea, TIRANT LO BLANCH, 2018). Es coordinador del observatorio jurídico transfronterizo hispano-francés y director de la Cátedra Universidad-Empresa de CONFEBASK. HTTP://WWW.EUSKOMEDIA.ORG/AUNAMENDI/24402

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