Juan José ÁLVAREZ: Las lecciones de Crimea: diplomacia o barbarie

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Artículo publicado en El Diario Vasco, 16/03/2014.

La política internacional muestra con demasiada frecuencia la existencia de diferentes varas de medir al evaluar y resolver situaciones análogas. También con demasiada frivolidad tendemos a construir maniqueísmos simplistas para poner etiquetas y asignar los papeles de buenos y malos, de héroes y villanos, ante conflictos interterritoriales cuya complejidad exige mayor rigor de observación y de análisis. Algo así está ocurriendo con la crisis de Ucrania, cuyo epicentro se sitúa en la península de Crimea ante la convulsa situación derivada de la presión rusa orientada a oficializar su adhesión.

Como muy bien señalaba Araceli Mangas hace unos días, la invasión armada de una parte territorial de un Estado soberano (Ucrania) por parte de otro Estado (Rusia) es siempre una grave infracción de la más importante norma del Derecho internacional, sean cuales sean los motivos que se invoquen para tratar de justificarla. EEUU y la UE se han aprestado a condenar la actitud rusa, anunciando sanciones, represalias comerciales y diplomáticas y reprochando su desprecio a la legalidad interna e internacional.

¿Ocurrió lo mismo en la creación del Estado kosovar? No. En el caso de Kosovo se demonizó a Serbia, y la ideología supuestamente prosoberanista vino a exigir que los malos, en ese caso los serbios, consintieran la autodeterminación de sus minorías. Unos meses más tarde, en el conflicto de Osetia que enfrentó a Rusia y Georgia, los “buenos” (Georgia) pasaron a ojos de los mismos observadores a tener el derecho y el deber de defender su integridad territorial frente a “artimañas separatistas”, y no se dudó en legitimar el brutal ataque de Georgia sobre Osetia del Sur.

EEUU actuó, como siempre, de forma pragmática e interesada, atendiendo a la geopolítica de las bases militares y al control del tráfico de armas, y tardó solo 24 horas en reconocer al nuevo Estado Kosovar. La pregunta clave ahora es: ¿Puede considerarse válida y ajustada a la legalidad interna e internacional la unilateral decisión del parlamento Regional de Crimea aprobando su independencia y la convocatoria del referéndum que se celebra este domingo, día 16 de marzo, para rubricar tal decisión? ¿Debe primar el principio de integridad territorial sobre esta unilateral propuesta, auspiciada y teledirigida desde Moscú?

Cabe recordar que en su dictamen o sentencia sobre Kosovo la Corte Internacional de Justicia intentó nadar y guardar la ropa, es decir, trató de no generar un problema mayor con su resolución o dictamen. La pregunta que debían responder los jueces de la Corte era la siguiente: ¿Está de acuerdo la Declaración unilateral de independencia por parte de las Instituciones Provisionales de Autogobierno de Kosovo con el Derecho internacional?

La Corte reconoció por un lado el principio de integridad territorial de los Estados, y a continuación dejó claro que su pronunciamiento se limitaba única y exclusivamente a las concretas condiciones y al contexto en que se produjo tal declaración de independencia. Pretendió dejar claro que no sentaba ninguna doctrina general, y concluyó afirmando que esa “legalidad internacional”, en definitiva, el Derecho internacional al amparo del cual evaluar la conducta de Kosovo, era única y exclusivamente la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de N.U., afirmando que en tal resolución no había una prohibición expresa que impidiera tal conducta, por lo que dedujo que no había incumplimiento de la misma.

Cabe recordar ahora que Rusia cedió Crimea a Ucrania en 1954. Lo confirmó posteriormente en 1994, bajo unas premisas que incluían todo un elenco de garantías dadas por Ucrania para la flota rusa en las bases de Crimea. Desde un punto de vista jurídico, no hay respaldo normativo internacional a la decisión Rusa sobre Crimea, esto es claro. Pero hay demasiado «ruido» diplomático, y no hay que olvidar que la Unión Europea ha vuelto a mostrarse como un socio internacional débil y poco creíble. Está actuando de forma dividida, confusa e incluso irresponsable. A estas alturas del conflicto ruso/ucraniano todos sabemos que de facto hubo un acuerdo entre ciertos líderes europeos (entre ellos David Cameron, Hollande y Merkel) y Putin. Fruto del mismo Yanukovich dejó el poder. Se acordó establecer un gobierno interino de concentración nacional, orientado a recuperar la paz social interna y preparar nuevas elecciones presidenciales. Era una hoja de ruta bien clara. Y llegó el golpe de Estado en Kiev. ¿Qué hemos hecho los europeos? mirar hacia otro lado, no respetar lo acordado. Esto no justifica la decisión rusa, pero cada uno debe asumir su responsabilidad.

La sui generis (desde el punto de vista de los clásicos cánones militares) invasión rusa debe resolverse con diplomacia. Su trabajo debe comenzar por el necesario impulso, desde EEUU y desde Europa, orientado a garantizar que las autoridades ucranianas respeten y fomenten la heterogénea composición étnica, religiosa y cultural del país y respeten los complejos equilibrios geoestratégicos de la región. Mucho más que el gas importan las personas, los grupos sociales, la convivencia en paz. Si no lo entendemos así, si no actuamos de forma civilizada e inteligente estaremos alentando una nueva guerra civil. Sería un desastre diplomático similar al desgraciado y trágico precedente de los Balcanes.

 

Juan José Álvarez

Secretario de GLOBERNANCE (Instituto para la Gobernanza Democrática). Juan José Álvarez es Doctor en Derecho, en el área de Derecho Internacional Privado, por la UPV/EHU; obtuvo el premio extraordinario de Doctorado , junto al Premio Extraordinario de Licenciatura y examen de Grado, con la Calificación de Sobresaliente/ Matrícula de honor. Recibió el Premio Eusko-ikaskuntza-Laboral Kutxa de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales del año 2015. Es Catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU y profesor visitante en numerosas Universidades y centros de investigación nacionales y europeos. Es cofundador y Secretario de GLOBERNANCE (Instituto para la Gobernanza Democrática). Fue Secretario General del Consejo Vasco del Movimiento Europeo (EUROBASK/CVME) (Mayo de 2003-2012) y designado como experto por la COMISIÓN EUROPEA (Dirección General de Justicia, Libertad y Seguridad), con fecha 17 de diciembre de 2007, para las áreas de Justicia Civil, fronteras, protección de datos personales y ámbitos de seguridad. Sus líneas de investigación se centran en el Derecho Marítimo, Derecho del comercio internacional y DDHH, Derecho europeo y ámbitos vinculados a los conflictos internos. Entre sus últimas investigaciones cabe citar Las Lecciones Jurídicas del Caso Prestige”. Hacia un nuevo Derecho de daños marítimo: tendencias actuales (ARANZADI THOMSON REUTERS, 2012), Human Rights in Business. Removal of Barriers to acces to Justice in the European Union TAYLOR-FRANCIS, 2017), «Brexit y Gibraltar: la perspectiva de las personas jurídicas. Incidencia sobre la libertad de establecimiento y prestación de servicios”,El Brexit y Gibraltar. Un reto con oportunidades conjuntas, Madrid, (ESCUELA DIPLOMÁTICA, 2017), «Crisis Matrimoniales y Conflictos de leyes internos”, Crisis Matrimoniales Internacionales y sus efectos. Derecho Español y de la Unión Europea, TIRANT LO BLANCH, 2018). Es coordinador del observatorio jurídico transfronterizo hispano-francés y director de la Cátedra Universidad-Empresa de CONFEBASK. HTTP://WWW.EUSKOMEDIA.ORG/AUNAMENDI/24402

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