Publicado por la Editorial Delta en 2018. Ver también en sergarcia.es
Este manual emana de un curso sobre desarrollo social, cooperación internacional y dinamización ciudadana que preparamos la gestora de proyectos Amaya Blanco y quien escribe, y que se impartió por primera vez en la Universidad de Cádiz. Se relaciona con la criminología en el sentido de que es ampliamente reconocido el hecho de que los mejores mecanismos de prevención de fenómenos macrocriminales, tales como el crimen organizado o el terrorismo transnacional, emergen de contextos de pobreza y desigualdad.
Está compuesto por cinco cursos interrelacionados, uno de los cuales elaboró Amaya y el resto yo, a petición de ella. El primero de ellos aborda una cuestión rara vez atendida en el ámbito del desarrollo, a saber: la necesidad de un marco conceptual colectivo que dé dirección y consistencia a la acción social. Todas las personas y organizaciones suelen actuar desde un marco. Sin embargo, este marco en ocasiones se fundamenta en principios, enfoques, métodos y valores que pueden entrar en conflicto si no se hace un esfuerzo recurrente por hacerlos explícitos y por ver sus implicaciones en diferentes ámbitos. Esta falta de consistencia, reduce el impacto y la calidad de la acción, por muy bienintencionada que sea.
El segundo revisa la evolución histórica dentro del área del pensamiento sobre el desarrollo. Este ámbito de empeño emerge en los años cincuenta con los proyectos para reconstruir Europa tras dos guerras devastadoras y con la planificación económica de los Estados. Al principio se pensó que contribuir al desarrollo de un país y de una región era algo relativamente sencillo, consecuencia natural de la voluntad y de la inversión de recursos. No obstante, lo que algunos consideran la decepción de la empresa por erradicar la pobreza extrema en el mundo, a pesar de los múltiples recursos que se le ha destinado a lo largo de seis décadas, es un buen indicador de que esta tarea no es tan sencilla como parecía en primera instancia. Familiarizar a los estudiantes de cooperación internacional y desarrollo con los enfoques y tendencias que han ido apareciendo parece, pues, un imperativo.
El tercer módulo aborda una cuestión íntimamente relacionada con el desarrollo: la educación para el desarrollo. Los expertos coinciden en que la educación es quizá la estrategia más crítica para lograr que una región y su población logren salir de la pobreza. Sin embargo, ¿qué significa eso?, ¿qué tipo de programas son los más efectivos?, ¿qué capacidades se requiere desarrollar?, ¿cómo se desarrollan esas capacidades?, ¿qué clase de programas están resultando más efectivos? Estas cuestiones no se resuelven en el módulo, pero introducen al estudiante en una serie de temas muy relevantes para su futuro desempeño en el ámbito de la cooperación y del desarrollo.
El cuarto curso —preparado por Amaya— puede verse como una introducción a la gestión de proyectos de cooperación al desarrollo. Muchas de las perspectivas que ahí se recogen se fundamentan en la experiencia práctica de la autora con su organización de cooperación al desarrollo «Algarabía International Solutions», y con los proyectos que gestionaba entre Marruecos y Andalucía en particular.
El quinto y último módulo se centra en la relevancia de la juventud en los procesos de desarrollo y de cambio social, por un lado, y en la necesidad de ejercer un nuevo tipo de liderazgo orientado hacia el servicio y que trascienda las limitaciones de otros estilos.
La pedagogía y didáctica detrás de este material educativo pretende ayudar a los estudiantes a hacerse dueños de su proceso de aprendizaje y a desarrollar un pensamiento crítico pero constructivo. Para ello, se plantean introducciones, preguntas, tareas sencillas de investigación individual y colectiva, así como espacios para la consulta en grupo.
Es menester concluir esta introducción agradeciendo al Centro de Estudios Universitarios/Rey Juan Carlos el estímulo para hacer salir a la luz este material. El profesor Antonio Sánchez Bayón en particular y el director académico, Víctor Talavero, ameritan un reconocimiento especial. Por último, agradecer también a Delta Editoriales el tomarse en serio el importante y difícil compromiso de publicar material académico y educativo, en un momento en que realmente la educación y el conocimiento han de convertirse en el eje de la vida social.