Publicado por la Editorial Sindéresis en 2020. Ver también en sergarcia.es.
Reflejo en los medios en dossier
La crisis del coronavirus irrumpió en el mundo de forma inesperada, a pesar de que los biólogos llevaran tiempo alarmando acerca las consecuencias que la explotación del medio ambiente y la reducción de la biodiversidad podrían tener para la vida humana, y de que la Organización Mundial de la Salud hubiera alertado del riesgo inminente de una pandemia.
El nivel de movilización y acción gubernamental, de restricciones y de alarma social difícilmente encuentre parangón en el recuerdo de esta generación. Las noticias, las muertes, la incertidumbre, los confinamientos, las recomendaciones, la globalización del problema, la escasez de material sanitario imprimieron un tono épico a una situación de por sí ya dramática.
El autor de Cronología de una pandemia: ¿ser tornará la crisis en oportunidad? vio en esta crisis una oportunidad para hacer los arreglos institucionales en la arquitectura global, los cambios en los patrones de comportamiento, de relación y de consumo y los ajustes en las políticas y la estructura económica que hace décadas parecían necesarios para organizar el mundo de manera racional. En particular, el proceso de integración política internacional podría concluirse, sin necesidad de una tercera guerra mundial, como resultado del revulsivo impreso por la pandemia.
El debate público en España, al menos en las primeras etapas de la crisis sanitaria, en marzo y abril, parecía romper los horizontes de posibilidades cerrados antes de la COVID-19. Muchos autores, en diferentes medios, de derechas y de izquierdas, de periódicos y revistas especializadas, planteaban la necesidad de transformar el sistema económico, a fin de reconfigurar uno circular, sostenible, anclado en lo local y más justo; de revisar la globalización; de reconsiderar los mismos fundamentos de la sociedad moderna; de rescatar la noción de comunidad geográficamente localizada; de federalizar las relaciones internacionales; de fortalecer la cooperación internacional; de reemplazar el modelo tradicional del trabajo por uno más digital; de experimentar con nuevos modelos educativos en entornos virtuales; de fortalecer la familia; en definitiva, de avanzar hacia un orden más justo, cooperativo, pacífico y sostenible.
Esa etapa gloriosa, dulce, esperanzadora, innovadora, se fue disipando con los meses, a medida de que la crisis se alargaba, que la economía se resentía y que los cambios aparentemente positivos generaban circunstancias ambivalentes. El discurso económico más duro fue implacable: el verano no se puede perdonar; la economía tradicional no puede sucumbir; la epidemia mata, pero los problemas económicos también. Esta versión económica nada tiene que ver con la más sofisticada que buscaba indagar en la compleja y rica relación entre la economía y la salud. Era una versión procedente de los lobbies económicos que ejercían presión sobre el gobierno para que las cosas siguieran como antes.
Este es el contexto de este libro. El autor, desde el comienzo de la pandemia, tal como se ha señalado, vio la crisis como una gran oportunidad; quizá la última oportunidad de reorganizar la vida política y económica mundial de manera racional y pacífica, atendiendo a las desigualdades y teniendo en cuenta la complejidad e interconexión del mundo de hoy. La obra recoge de manera cronológica las reflexiones publicadas en diferentes medios de divulgación y especializados, desde El País, The Conversation, la Revista Cultural Entreletras y Claves de Razón Práctica, hasta ABC, Periodista Digital y revistas científicas internacionales.
Estas reflexiones giran en torno a tres vectores. El primero es descriptivo. Pretende realizar un diagnóstico de los problemas más acuciantes tomando una perspectiva distante a la pandemia. ¿Qué problemas arrastrábamos, importantes pero invisibles, marginales en el debate público a pesar de su asombrosa actualidad? El segundo busca identificar nuevos patrones de conducta, nuevas pautas relaciones, nuevas tendencias que han emergido con la pandemia. En otras palabras, busca resaltar algunos cambios sociológicos de calado que pueden haber surgido con la pandemia y que no está claro si han llegado para quedarse o no. El tercero supone un intento prospectivo, prescriptivo y normativo, a fin de encontrar vías de acción, principios, enfoques y conceptos que nos permitan superar la encrucijada actual y salir fortalecidos. La ciencia, especialmente la social, también puede y debe preocuparse del progreso, de la mejora humana, de la solución de los problemas comunes.
No obstante, en ese reino, en el de lo posible, se necesita diálogo, deliberación y generación de conocimiento nuevo en la práctica. Experiencia y experticia, participación y dirección, ciencia y política, acción individual y colectiva, ética e incluso religión han de conjugarse en esa búsqueda más necesaria que nunca de modelos alternativos, viables y más efectivos de organización política, económica y social. La pandemia puede que nos brinde esa oportunidad.
Esa es la intención subyacente a este libro: contribuir a que esta crisis se torne en oportunidad y aprendamos a salir mejor pertrechados para los retos que nos depara el futuro.