Lugar: Museo San Telmo de Donostia-San Sebastián
Fecha: 1 de Marzo de 2013.
Presenta y modera Daniel Innerarity, acompañado en la mesa por Fernando Iglesias, Emilio Lamo de Espinosa, Nerea Magallón y Gurutz Jauregui. VER PROGRAMA.
Daniel Innerarity
Da comienzo a la presentación del Manifiesto señalando los diversos problemas que aquejan actualmente a la escena política: crisis económica, vacío político… son problemas que superan el ámbito estatal y que no pueden ser resueltos por un único Estado.
La tendencia actual en el pensamiento político pasa por abordar una transición hacia instituciones internacionales. El Parlamento Mundial, iniciativa que se presenta, sería el horizonte a seguir y su objetivo civilizar la globalización.
Puede hacerse política en un nivel diferente de los ámbitos ya constituidos, la política tiene una dimensión constituyente que se construye cuando surge el problema y no al revés.
Hay una idea en algunos sectores de que la globalización está terminando con la política pero no es así y debemos procurar que no sea. Globalización no tiene por qué ser despolitización. Hay que asumir actuaciones que extiendan la democracia más allá del estado-nación. En este contexto se plantea la iniciativa que hoy se presenta.
Fernando Iglesias
El Manifiesto, que ha recibido numerosas adhesiones, se ha presentado en Londres y Roma y próximamente se hará en Buenos Aires.
Fernando Iglesias comienza su exposición comentando los diversos problemas que globalmente afectan al mundo: la primavera árabe, el fenómeno de los indignados, la cantidad de ciudadanos que en Italia ha votado a Beppe Grillo… Estas situaciones expresan un descontento generalizado al que hay que poner atención.
La crisis financiera desatada en EEUU en 2008, y que se convirtió en crisis financiera global, es un desafío para todos los gobernantes: ¿Están en posición de afrontar una crisis semejante cuando sucede a nivel global?
Entre la ciudadanía se extiende un sentimiento de descreimiento de la democracia pero hay que precisar que es sólo una decepción sobre la democracia a nivel nacional, porque no existe un sistema de gobierno mejor que la democracia. Lo que necesitamos son nuevas instituciones.
Las crisis globales necesitan soluciones globales.
Si vamos a tener una economía global, necesitamos instituciones a nivel global. Si tenemos un sistema de producción que afecta al medioambiente necesitamos instituciones que lo controlen a nivel global. Y estas instituciones globales deben ser democráticas.
Emilio Lamo de Espinosa
El presidente del Instituto Elcano insiste en que por primera vez vivimos en una sociedad mundial. Sin embargo, no tenemos instrumentos globales para una sociedad global ni para lidiar con los problemas globales que tenemos. Las economías son interdependientes y a su vez dependen de la política, la energía depende de la tecnología. Todo está conectado con todo. Antes cada uno vivía a su ritmo pero ahora todos vamos en un mismo barco. En estos momentos se puede decir con propiedad la frase de Terencio: “Nada humano me es ajeno”.
China, India, Brasil son países que crecen a índices brutales, de hecho si siguen así acabarán con los recursos del planeta. Terrorismo global, peligros de países como Irán o Corea del Norte, inseguridad del transporte marítimo con los secuestros en las rutas de África, riesgo de pandemia global debido a la frecuencia y la intensidad de los desplazamientos. Todas estas situaciones son problemas que no existían antes.
La democracia global confía en exceso en la ONU, pero la ONU prácticamente es EEUU. En la ONU la India tiene la misma representación que Argentina o España, y esto no es equiparable, por otra parte hay países que no son democráticos y también están representados en la ONU. ¿Pueden ser reformadas las Naciones Unidas? Kofi Anan Lo intentó y fracasó. El principal problema de esta situación es que no tenemos forma de solucionar los problemas globales.
El Manifiesto por una Democracia Global es una utopía, de momento es solo un documento pero necesitamos esa utopía y ese principio.
Hoy en día no existe ningún sistema que sea una alternativa a la democracia, no hay ninguna legitimidad alternativa a la democracia. Todos los ciudadanos del mundo quieren democracia.
En la ONU las soberanías se confrontan , en la Unión Europea las soberanías se suman, por eso la idea que fundó la Unión Europea es una idea que debe seguirse, una unión de naciones es lo que viene a promover el Manifiesto por una Democracia Global.
Nerea Magallón
Nerea Magallón llama la atención sobre el progresivo crecimiento del poder de las empresas multinacionales sobre los estados, que son nacionales.
Cada estado tiene sus normas jurídicas propias , y el ámbito comercial global necesita normas extraestatales, es preciso que la comunidad internacional se dote de organismos de supervisión.
Hay normas de origen europeo que van desplazando a las normas nacionales, pero esto no sucede en el resto del mundo. Hoy en día pensamos que la Unión europea nos ha traído importantes problemas pero la idea de organismos supranacionales es muy buena y supone más ventajas que inconvenientes.
Hay un riesgo importante de que las instituciones empresariales se ocupen de regular nuestro comportamiento, hay que llamar la atención sobre este aspecto y concienciar al ciudadano europeo ya que en la actualidad tiene una percepción muy lejana de las instituciones.
Gurutz Jauregui
En su análisis llama la atención sobre la modificación de las coordenadas espacio-tiempo. Asistimos a una ampliación del espacio, cada vez hay menos fronteras, y a una aceleración del tiempo, las noticias vuelan, el tráfico de las personas viajando en este mundo global es intenso. ¿Es posible resolver problemas que afectan al espacio global? Sería necesario un nuevo contrato social.
Hay poderes que están copando los centros de poder y obviando a los gobiernos. El estado democrático está siendo sustituido por un sistema de Derecho privado que está por encima de los derechos humanos. En algunos estados se aplica el eufemismo asunto interno para que los demás no interfieran en sus intereses.
El Manifiesto incide en los aspectos formales y corre el riesgo de subestimar el poder financiero y de los intereses comerciales.
Hay muchos y grandísimos problemas como la trata de blancas, el tráfico de órganos, la contaminación del medioambiente, el trabajo infantil, la explotación sexual… que los Estados nacionales no pueden abordar con garantías de vencer. Es preciso llamar la atención de la ciudadanía sobre estos problemas tan importantes para poder buscar y encontrar una solución. Y la solución debe ser global o no será solución.
